¿Café de olla en lugar de café americano? Mexicanos proponen cambiarle el nombre

Conoce el origen de esta idea y la historia detrás de ambas bebidas.
El café es una de las bebidas más populares del mundo, pero recientemente en México ha surgido un debate en redes sociales sobre si el café americano debería cambiar de nombre. En medio de tensiones comerciales con Estados Unidos, usuarios han propuesto que en lugar de llamarlo así, se le dé un nombre más representativo de la cultura mexicana, como café de olla.
Esta iniciativa no es exclusiva de México. En Canadá, algunas personas han sugerido llamarlo café canadiano, como una especie de burla a la manera en que el café es identificado a nivel internacional. Sin embargo, en México la propuesta va más allá de un cambio de nombre: busca reivindicar una tradición que ha sido parte de la gastronomía nacional por generaciones.
🇺🇸Adiós al café Americano🇺🇸🤮
— Albert_Rudo (@Albert_Rudo) March 5, 2025
Canadienses y Mexicanos, han decidido cambiar el nombre del supuesto café Americano, que es una payasada.
El café Americano no existe, los Gringos no tienen cafetales.🤣🤣
En Canadá será: "Café Canadiano" y en México: "Café de Olla".👏🏻🇨🇦🇲🇽 pic.twitter.com/SmpSxsO5M7
Origen e historia del café de olla
Te recomendamos este videoEl café de olla es una de las bebidas más representativas de la cultura mexicana. Se cree que su origen se remonta a la época de la Revolución Mexicana, cuando los soldados necesitaban una bebida energética para mantenerse alerta durante las batallas.
Para prepararlo, utilizaban ingredientes accesibles como piloncillo, canela y clavo, además del café, dando como resultado una infusión con un sabor único y profundo.
A diferencia del café americano, el café de olla no solo se destaca por su sabor, sino también por el ritual que implica su preparación. Tradicionalmente, se hierve en una olla de barro, lo que le otorga un aroma y textura distintivos. Esta bebida sigue siendo muy popular en zonas rurales y en restaurantes típicos del país, especialmente durante las mañanas frías o en celebraciones tradicionales.
¿Cómo surgió el café americano?
A pesar de su nombre, el café americano no se originó en Estados Unidos. Su historia se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadounidenses que estaban en Italia no pudieron acostumbrarse a la intensidad del espresso italiano.
Para hacer la bebida más ligera y parecida al café al que estaban acostumbrados en casa, comenzaron a añadirle agua caliente, suavizando su sabor y haciéndolo más fácil de beber.

Fue en Italia donde esta nueva forma de beber café comenzó a llamarse “café americano”, en referencia a los soldados que lo popularizaron. A pesar de que originalmente era una simple adaptación del espresso, con el tiempo se convirtió en una de las formas más comunes de tomar café en todo el mundo, incluyendo México.
¿Cuándo llegó el café americano a México y cuánto cuesta?
El café americano llegó a México junto con la influencia cultural estadounidense a mediados del siglo XX. Su popularidad creció con la apertura de cafeterías y la expansión de cadenas internacionales, que lo ofrecían como la opción más accesible y rápida para quienes buscaban un café sin tanta intensidad.
Actualmente, el precio del café americano en México varía dependiendo del lugar donde se compre. En cafeterías tradicionales o de barrio, su costo ronda los 20 a 40 pesos, mientras que en cadenas como Starbucks puede alcanzar los 50 a 120 pesos, dependiendo del tamaño.
Por otro lado, el café de olla, aunque menos común en cadenas comerciales, sigue siendo una opción preferida en fondas, mercados y restaurantes tradicionales, con precios que oscilan entre 25 y 50 pesos.
¿Realmente se debería cambiar el nombre del café americano?
Si bien la propuesta de cambiar el nombre del café americano a café de olla es más una tendencia en redes que una iniciativa formal, deja en evidencia el valor que los mexicanos dan a sus tradiciones gastronómicas.
Aunque el café americano ha sido adoptado globalmente, el café de olla representa una historia rica en identidad y cultura, ofreciendo un sabor que no solo es delicioso, sino también profundamente arraigado en la historia de México.