¿La CDMX está condenada a inundarse? Este es el lugar donde termina el agua de lluvia
La Ciudad de México tiene un sistema colosal para drenar el agua de lluvia, pero aún enfrenta límites ante tormentas más fuertes. Aquí te explicamos cómo funciona.
Cada vez que llueve fuerte en la Ciudad de México, la historia se repite: tráfico imposible, pasos a desnivel inundados, y usuarios del Metro atrapados por el cierre de líneas. Pero lo que pocos se preguntan es: ¿a dónde va a parar toda esa agua de lluvia?
La respuesta es más compleja de lo que parece, y tiene que ver con una infraestructura subterránea que parece de ciencia ficción. Spoiler: no, la CDMX no tiene salida natural al mar, y sí, todo el proceso depende de túneles, cárcamos y mucha coordinación.
Este es el lugar donde termina el agua de lluvia
La CDMX, una cuenca cerrada
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La capital está construida sobre lo que fue un lago, y eso significa que toda el agua se queda aquí… a menos que se le “empuje” fuera. Por eso existe un sistema de drenaje profundo, diseñado para evacuar el agua de lluvia y aguas negras hacia otros estados. Todo esto se hace por medio de:
- Más de 10 mil km de tuberías locales
- Colectores gigantes que llegan a medir hasta 4 metros de diámetro
- Túneles profundos como el Emisor Oriente
- Más de 300 plantas de bombeo
¡Atención! Línea A del Metro está cerrada: estas son las rutas de RTP
Este es el lugar donde termina el agua de lluvia: ¿Qué es el Túnel Emisor Oriente?
Es una megaobra de 62 kilómetros que atraviesa el subsuelo de la ciudad y lleva el agua hasta Hidalgo, donde se trata y se reutiliza en riego agrícola.
Su capacidad es tan alta que puede evacuar 150 mil litros de agua por segundo. Si no existiera, muchas zonas del oriente capitalino seguirían inundándose con cada tormenta.
¿Por qué, entonces, sigue habiendo encharcamientos?
La infraestructura existe, pero no es infalible. Y estos son los principales retos que enfrenta:
1. Llueve más de lo que soporta el sistema
Las tormentas de hoy son más intensas, con lluvias muy fuertes en poco tiempo. Esto rebasa la capacidad de respuesta.
2. Hundimiento del suelo
La ciudad se hunde cada año por la sobreexplotación del acuífero, lo que achica las pendientes por donde corre el agua y obliga a usar más bombas.
3. Coladeras tapadas
Más de la mitad de las inundaciones ocurren por basura que bloquea los desagües. PET, hojas, unicel y lodo colapsan el sistema.
4. Falta de mantenimiento en zonas clave
Aunque hay inversión en infraestructura, aún hay colonias con conexiones incompletas o sin cárcamos suficientes para evacuar el agua.
La respuesta ante emergencias: el plan Tlaloque
Cuando se pronostican lluvias intensas, se activa un protocolo especial que moviliza a:
- Técnicos con camiones tipo Vactor para destapar coladeras
- Bombas móviles de alto poder
- Plantas de bombeo al máximo rendimiento
- Policías, Protección Civil y bomberos en puntos críticos
Este operativo ayudó a controlar los más de 70 encharcamientos del 2 y 3 de junio en 2025, logrando que más del 80% se atendieran antes del amanecer.
¿Y entonces? ¿Estamos salvados?
No del todo. Aunque el sistema de drenaje es una obra titánica, la ciudad necesita seguir invirtiendo en:
- Mantenimiento constante
- Nuevas conexiones al drenaje profundo
- Educación ciudadana para no tirar basura en la calle
- Infraestructura verde como jardines de lluvia y calles permeables
Cada litro de agua que cae del cielo necesita encontrar una salida. Y aunque la CDMX tiene una red hidráulica de clase mundial, todavía hay mucho por hacer para que no nos ahoguemos… cada temporada de lluvias.