¿Por qué refrigerar el pan? Conoce los beneficios que señalan los expertos para conservarlo fresco
Refrigerar el pan no solo prolonga su frescura, sino que también mejora la digestión gracias al almidón resistente.
Refrigerar el pan puede parecer una práctica poco común, pero expertos en alimentos aseguran que este sencillo truco puede ofrecer múltiples beneficios, desde prolongar su frescura hasta mejorar su valor nutricional.
Aunque algunos prefieren almacenar el pan a temperatura ambiente, hay razones científicas que explican por qué guardarlo en el refrigerador puede marcar la diferencia.
El secreto del almidón: ¿Qué sucede cuando refrigeras el pan?
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De acuerdo con especialistas en ingeniería de alimentos, refrigerar el pan desencadena un proceso llamado retrogradación del almidón. Esto significa que las moléculas del almidón en el pan se reorganizan y cristalizan, formando un almidón resistente. Este tipo de almidón es más difícil de digerir por las enzimas del sistema digestivo, lo que lo convierte en un prebiótico que beneficia la salud intestinal.
En términos simples, el almidón resistente llega al intestino grueso, donde sirve de alimento para las bacterias buenas, mejorando la flora intestinal y favoreciendo una mejor digestión.
¿Y el sabor y la textura?
Si bien refrigerar el pan ofrece beneficios nutricionales, puede afectar su textura, volviéndolo más seco y menos esponjoso. La buena noticia es que esto tiene solución. Antes de consumirlo, basta con calentarlo ligeramente en un tostador o microondas durante unos segundos. El calor revierte parte del proceso de retrogradación, devolviendo al pan su suavidad y frescura.
Conservación y durabilidad: otro punto a favor
Uno de los problemas más comunes con el pan es el crecimiento de moho, especialmente en climas cálidos o húmedos. Al refrigerar el pan, este problema se reduce significativamente, lo que prolonga su vida útil y evita desperdicios. Si planeas tardar en consumirlo, puedes optar por congelarlo en porciones. Al hacerlo, el pan puede durar varios meses sin perder su sabor o calidad.
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¿Qué otros alimentos puedes refrigerar para obtener beneficios similares?
El truco de refrigerar o congelar no se limita únicamente al pan. Otros alimentos ricos en almidón, como pasta, arroz, papas y avena, también experimentan la retrogradación del almidón cuando se enfrían. Al recalentar estos alimentos, no solo recuperan su textura, sino que además conservan sus beneficios prebióticos, ayudando a la salud intestinal.
¿Cómo refrigerar o congelar el pan de forma adecuada?
Para maximizar los beneficios de refrigerar el pan, es importante seguir algunos consejos:
- Envuelve bien el pan: Usa papel aluminio, film plástico o una bolsa hermética para evitar que absorba olores del refrigerador.
- Divide en porciones: Si sabes que no consumirás todo el pan de inmediato, córtalo en rebanadas y congela las porciones que vayas a necesitar.
- Etiqueta las bolsas: Escribe la fecha en la que congelaste el pan para llevar un control de su tiempo de almacenamiento.
- Recalienta con cuidado: Para disfrutar de un pan esponjoso, caliéntalo en un horno a baja temperatura o tuéstalo directamente.
Desperdicio cero: aprovecha hasta las orillas
Si tienes pan que ha perdido frescura, no lo tires. Las orillas y los pedazos duros se pueden aprovechar para preparar postres, capirotadas, budines o migas. Este hábito no solo ayuda a reducir el desperdicio, sino que también aporta a la economía familiar.