¿Sabías que comemos pavo en Navidad gracias a los aztecas?

Cada Navidad, el pavo se roba el protagonismo en la mesa, pero ¿te has preguntado alguna vez de dónde viene esta tradición? Lo que muchos no saben es que el famoso platillo navideño tiene sus orígenes en la cultura azteca. Así es, el pavo en Navidad que hoy disfrutamos con relleno y acompañamientos, fue domesticado y consumido por los antiguos habitantes de México mucho antes de que llegara a Europa.

El guajolote, nombre original del pavo en náhuatl, era una de las principales fuentes de alimento para los aztecas. Su nombre proviene de huexolotl, que significa “gran monstruo” en náhuatl (huey = grande y xólotl = monstruo). Esta ave no solo formaba parte de la dieta diaria, sino que también tenía un valor ceremonial en festividades y rituales prehispánicos.

Los aztecas, y el viaje del guajolote a Europa y su regreso como pavo navideño

Durante la conquista, los españoles quedaron maravillados con los sabores y productos de la región, y entre los alimentos que llevaron de regreso a Europa estaba el guajolote. Al llegar al viejo continente, su sabor y tamaño lo convirtieron rápidamente en el platillo ideal para celebraciones importantes, como la Navidad y el Día de Acción de Gracias.

El pavo en Navidad se consolidó como tradición en varios países, y con el tiempo, volvió a México como una costumbre europea. Sin embargo, lo que pocos saben es que esta ave tiene raíces profundamente mexicanas, ya que fue aquí donde se domesticó por primera vez.

¿Cómo se convirtió en el plato principal de la Navidad?

El pavo en Navidad representa abundancia, unión familiar y celebración. Esta tradición, que comenzó con los aztecas, se fortaleció con la llegada de los españoles y hoy forma parte esencial de las festividades decembrinas. Preparar pavo es casi un ritual: se limpia, se rellena con ingredientes como carne molida, frutas y especias, y se hornea lentamente para obtener un platillo jugoso y lleno de sabor.

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Cada familia tiene su propia receta de pavo, transmitida de generación en generación, con pequeños toques que la hacen única. Acompañamientos como puré de papa, ensaladas o verduras cocidas completan el banquete navideño.

El pavo más allá de la Navidad

Aunque el pavo en Navidad sigue siendo un clásico, su consumo se ha extendido a lo largo del año gracias a sus beneficios nutricionales. El pavo es una excelente fuente de proteína magra, con bajo contenido en grasas y colesterol. Por ejemplo, 100 gramos de pechuga de pavo aportan solo 16 mg de colesterol y 0.6% de grasa, además de aproximadamente 130 calorías.

Esto lo ha convertido en una opción popular en dietas saludables, sustituyendo a otras carnes más grasosas. Su versatilidad permite que se consuma en sándwiches, ensaladas y guisos durante cualquier época del año