¿Se pueden usar Cetes para pagar Vivienda para el Bienestar? Te explicamos cómo funciona

Imagina esto: por fin lograste ser parte del programa Vivienda para el Bienestar y te dieron un subsidio para mejorar tu casa. ¡Qué alivio! Pero entonces te surge la duda: ¿puedo usar mis Cetes para pagar algo del programa? ¿Puedo juntar intereses y abonar al enganche o algo así? Pues bien, aquí te lo explicamos con peras y manzanas.

Primero lo primero: ¿se puede usar directamente?

La respuesta corta es: no. Los Cetes (Certificados de la Tesorería de la Federación) no se aceptan como método directo de pago para este programa. Y tiene sentido, porque Vivienda para el Bienestar no funciona como un crédito tradicional.

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Este programa no te presta dinero para que lo pagues en plazos. Lo que hace es darte un apoyo económico no recuperable (es decir, no lo tienes que regresar) para que construyas o mejores tu vivienda. Así que no hay cuotas mensuales, ni pagos en efectivo, ni letras chiquitas.

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El dinero que recibes lo deposita directamente la Conavi (Comisión Nacional de Vivienda) en tu cuenta del Banco del Bienestar, y listo. Eso cubre materiales básicos, mano de obra, etc. Fin de la historia.

…¿O no?

Pero espera, sí puedes usar tus Cetes… solo que de otra forma

Ahora bien, si ya estás invirtiendo en Cetesdirecto (la plataforma oficial del gobierno), ahí es donde se pone interesante.

No puedes pagarle directamente a Conavi con tus rendimientos, pero sí puedes usar ese dinero para cubrir gastos extras que el subsidio no alcanza. Por ejemplo:

• ¿Quieres ponerle un calentador de agua a tu nueva casita? Ahí entran tus rendimientos.
• ¿Tienes que pagar por el permiso de construcción o por la luz? Úsalos.
• ¿Te gustaría ponerle una reja o un jardín bonito? Perfecto, con esos intereses podrías lograrlo.

Incluso, podrías usar tus Cetes como un ahorro para el futuro. Por si un día decides comprarte otra casa por medio de un crédito tradicional, ese dinero te serviría como enganche.

¿Y cómo funciona exactamente?

Aquí va el paso a paso, sin rodeos:

1. Tú inviertes en la plataforma Cetesdirecto (puedes hacerlo desde $100 pesos).
2. Esperas a que ese dinero genere rendimientos (cada mes te cae un poquito más).
3. Retiras cuando necesites usarlo. Ya sea para una estufa, una licuadora nueva o pagar al albañil extra.

Eso sí, todo esto lo haces por tu cuenta. Es una estrategia de ahorro paralela al programa. La Conavi no te va a pedir ni te va a aceptar esos Cetes como forma de pago.

A ver, un ejemplo muy real…

Supongamos que Conavi te da el subsidio y con eso logras poner piso, techo y baño. Pero tú también quieres una lavadora, una tele, un mueble bonito. Ahí es donde tus Cetes pueden entrar como plan B. Si invertiste durante el año, ese dinerito extra puede cubrir lo que falta sin tener que endeudarte.

O imagina que lograste hacer la obra, pero te piden un permiso adicional en tu municipio y cuesta mil pesos. En vez de sacarlo del gasto diario, lo sacas de tu inversión. ¡Y no duele tanto!

Entonces, ¿vale la pena?

Claro que sí. Aunque no estén conectados directamente, los Cetes pueden ser un gran respaldo si ya formas parte del programa Vivienda para el Bienestar. Es como tener un colchoncito aparte que te permite mejorar tu hogar sin apretarte tanto.

Así que ya sabes: no, no puedes pagar con Cetes… pero sí puedes usarlos a tu favor para todo lo que viene después.

Y créenos, cuando estás construyendo o arreglando una casa, esos “gastos chiquitos” se acumulan más rápido de lo que uno quisiera. Tener rendimientos listos para apoyar, puede marcar la diferencia entre terminar tu casa a medias o con todo lo que soñabas.