Gollum: La tragedia de Sméagol en El Señor de Los Anillos
El personaje es uno de los más queridos y comercializados de toda la franquicia literaria y cinematográfica.
En el vasto universo de la Tierra Media creado por J.R.R. Tolkien, existen personajes inolvidables que han dejado una huella única en la literatura y el cine. Uno de los más destacados es Gollum, cuya historia de tragedia y transformación ha logrado cautivar y conmover por años a los fanáticos.
En esta ocasión, vamos a conocer la historia del trágico hobbit corrompido, desde sus orígenes hasta su fatídico final y la trascendencia que ha tenido en la cultura popular.
El amigable Sméagol y el nacimiento de Gollum
Te recomendamos este videoLa historia del personaje comienza mucho antes de los eventos narrados en la trilogía de El Señor de Los Anillos; en los tiempos antiguos de la Tierra Media. Sméagol, su nombre original, era un hobbit, una criatura amigable y amante de la paz que vivía en los agrestes páramos.
La vida de Sméagol dio un terrible giro cuando encontró el Anillo Único, un poderoso artefacto creado por el Señor Oscuro Sauron para dominar a todos los pueblos libres de la Tierra Media. El hobbit, seducido por el poder del anillo, se volvió adicto a su influencia y cayó en una espiral de obsesión y corrupción; su apariencia física cambió drásticamente, su piel se volvió pálida y sus ojos brillaban con una luz maligna.
El anillo tenía un poder corruptor sobre aquellos que lo poseían y Sméagol no era una excepción. El deseo de tenerlo consumió su mente y su alma, convirtiéndolo en una criatura solitaria y retorcida conocida como Gollum, que se volvió el guardián del anillo, lo protegía con una ferocidad inigualable y se escondía en las profundidades de las montañas.
El papel de Gollum en la trilogía del Señor de Los Anillos
La atormentada criatura juega un papel crucial en la trilogía del Señor de Los Anillos; es a través de sus acciones que los protagonistas, Frodo y Sam, llegan al Monte del Destino para destruir el anillo. El personaje se convierte en una figura trágica y ambivalente, luchando entre su deseo de poseer al que llama “su precioso” y su conciencia que le dice que debe ser destruido; es en este dilema donde se revela su humanidad perdida y se muestra su lucha interna.
El destino del personaje está marcado por la tragedia; al final de la historia, cuando logra arrebatar el anillo a Frodo, en un acto de bondad, el hobbit bueno le perdona la vida; sin embargo, la influencia del anillo es demasiado fuerte y Gollum, en un acto desesperado, muerde el dedo de Frodo y cae al abismo del fuego del Monte del Destino junto con el anillo. Es en su último momento que el pobre Sméagol encuentra al fin su libertad, pero a un costo terrible.
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Sus momentos y características destacadas
A lo largo de la historia, Gollum pronuncia frases icónicas que reflejan su obsesión, su lucha interna y su humanidad perdida. “Mi tesoro” es una de las frases más conocidas en la historia del cine de fantasía, y se ha vuelto, junto a su aspecto físico, la característica más destacada del personaje.
Además, las escenas en las que tiene conversaciones consigo mismo, representan su dualidad y la lucha entre su lado bueno y su lado oscuro.
Su representación cinematográfica
La representación de Gollum en las adaptaciones cinematográficas de El Señor de Los Anillos es asombrosa. Gracias a la tecnología de captura de movimiento y al talento del actor Andy Serkis, la criatura tenebrosa cobra vida de una manera realista y convincente; su apariencia física y su expresión facial son impresionantes, mientras que la interpretación emocional de todos sus diálogos y sus ademanes corporales le dan una mayor profundidad y lo convierte en uno de los personajes más memorables de la saga, y de la cultura popular.
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La popularidad perdurable de Gollum
Gollum es uno de los personajes más populares y queridos de El Señor de los Anillos; su historia de tragedia y transformación resuena en los corazones de los fanáticos de la obra de Tolkien. La complejidad de su personaje y su lucha interna lo hacen fascinante y conmovedor, tanto así que se ha convertido en un símbolo de la obsesión y la corrupción, pero también de la redención y la libertad.