RIIZE en CDMX: carisma, poder escénico y un show que desbordó energía

Barbara Garcia 15 Nov 2025 3:24 pm

El grupo surcoreano RIIZE conquistó a miles de fans en la CDMX con un concierto que lo tuvo todo: energía, talento vocal, baile y momentos inolvidables. Aquí te contamos cómo fue esa noche llena de emoción.

Desde el primer segundo, se sintió algo distinto en el ambiente.

El Auditorio se llenó de luces, gritos y emoción contenida. Y entonces empezó: “Ember to Solar”, el tema que abre su más reciente disco ODYSSEY, detonó una avalancha de energía que ya no bajaría. Fue como encender una mecha. Y vaya que explotó.

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El público no tardó en entregarse por completo. Apenas sonaron los primeros acordes de “Siren”, los gritos alcanzaron un nivel que solo un fandom apasionado puede generar. Esos gritos que no te dejan dudas: estamos aquí para vivir esto al máximo.

RIIZE CDMX: Una montaña rusa de emociones (y talento)

Luego del arranque explosivo, RIIZE cambió el ritmo con temas como “Odyssey” y “Combo”, demostrando que no todo es adrenalina: también hay espacio para la armonía y el virtuosismo. Las voces brillaron. El control vocal, las armonías en vivo, el dominio del escenario… no hubo un solo momento que se sintiera improvisado. Todo fue entrega.

Y cuando parecía que la intensidad bajaba, Wonbin y Anton sacaron las guitarras y demostraron que este grupo no solo canta y baila: también toca. Su talento instrumental hizo que el público estallara nuevamente. En un mundo donde muchos artistas apuestan solo por el espectáculo, RIIZE nos recordó lo esencial: la música sigue siendo el corazón del show.

Hits, nostalgia y momentos inolvidables

La noche siguió con una combinación perfecta entre novedades y favoritos:
“Lucky”, su sencillo en japonés, emocionó a los fans más clavados.
“Talk Saxy”, “Fly Up”, “Honestly” y “Boom Boom Bass” mantuvieron la vibra en alto, como si cada canción fuera un capítulo distinto del mismo viaje.

Uno de los momentos más comentados fue la interpretación de “Monster”, un clásico de EXO. La reacción fue inmediata: emoción, nostalgia, conexión. Fue un guiño que tocó fibras profundas del fandom K-Pop.

Y cuando parecía que se acercaba el final, RIIZE se despidió… pero solo por un momento.

El bis: despedida con el corazón en la mano

Volvieron al escenario para cerrar con “One Kiss” e “Inside My Love”, dos temas que bajaron las revoluciones, pero elevaron la emoción. Fue un cierre íntimo, casi confesional, como si el grupo nos estuviera diciendo: esto también somos.

Y mientras los fans coreaban, lloraban, reían y grababan todo con sus celulares, los miembros agradecieron en un español cariñoso, directo y humilde. Hablaron de lo que significaba para ellos estar en México, de lo especial que fue su show en Nueva York, pero sobre todo… de lo único que es nuestro público.