Antifine, concepto gastronómico que rompe con formalismos
¿Gustas de los restaurantes originales con conceptos poco comunes? Entonces debes conocer Antifine, que rompe con reglas de lo establecido.
Antifine es un restaurante único en su tipo, liderado por el chef Alfredo González, quien a lo largo de su carrera, ha desarrollado su propio estilo. Le gusta combinar elementos del “Fine Dining” con la comida cotidiana y un seductor toque de modernidad.
Por Alexis Beard.
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Alfredo Gonzalez es un chef mexicano que ha forjado su experiencia en restaurantes del nivel de Pujol, de Enrique Olvera o Quintonil, de Jorge Vallejo. Ambos en la Ciudad de México; Cosme, en Nueva York, de Enrique Olvera; Mexique, de Carlos Gaytán, en Chicago. Y Aponiente, con tres estrellas Michelin, del chef Ángel León, en España.
Es la pasión por el arte culinario que lo llevó a la creación de un concepto gastronómico que no tiene igual en el mundo: Antifine.
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El concepto único de Antifine
A pesar de haber tenido una formación en restaurantes de alta cocina, el chef Alfredo González decidió romper con todo. Especialmente con los formalismos y seriedad del fine dining para ofrecer una opción más relajada y fresca de este concepto. Es así como emprendió este proyecto que lleva por nombre El Antifine, que no es más que una sutil sátira a su forma de ver el fine dining.
En su menú nos encontraremos con platos muy familiares, los cuales se reinterpretan bajo nuevos sabores. A través de técnicas e ingredientes que el chef adoptó durante toda su formación y los expresa bajo una visión personal.
Es una cocina de comida contemporánea que busca generar sensaciones y experiencias diferentes, así como un diseño vanguardista y atrevido. Este innovador restaurante es una aventura sensorial que combina lo más exquisito de la alta gastronomía con el placer de una vivencia casual y relajada.
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El menú
Cada uno de los platillos que tuve el placer de probar está inspirado en la comida cotidiana, esa que no requiere de modales para poder disfrutarse; como el ya icónico plato roto con salsa chamoy con chapulines, la cual la chupamos directamente, sin utensilios, rompiendo el hielo con risas y miradas conspiracionales.
Disfruté de exquisitas joyas como el tiradito de jícama con callo de hacha, aguachile de harissa verde y jícama lactofermentada, y el chileatole de escamoles con maíz y puré de haba. También gocé de los complejos y seductores sabores de la coliflor en adobo con piña confitada y puré de calamar, y el excelente tuétano con ponzu de habanero, tártara de carne. Mi platillo favorito fue la jaiba crujiente con mole – un manjar excepcional.
La inspiración para la decoración de Antifine proviene de una serie de experiencias y autoconocimientos del chef fundador. Se empleó una tipografía art decó con un estilo clásico, que transmite la elegancia que representa la buena mesa. Se agregaron a la identidad acentos de color naranja que comunican la alegría y el caos que conlleva el acto de comer. El diseño del personaje en forma de mosca muestra un giro inesperado en la imagen del proyecto al agregar un elemento de autoburla.
Un restaurante con identidad única y alma auténtica, Antifine es el escenario de momentos memorables y de una experiencia culinaria que rompe con todo estándar y expectativa, y nos transporta a través de los sentidos a mundos de placer infinito.