Dulces de Día de Muertos: ¿Cuáles pueden causar diabetes infantil y cómo evitarlos?

Barbara Garcia 20 Oct 2025 3:13 pm
Foto: Pixabay.

Los Dulces de Día de Muerto pueden parecer inofensivos, pero su consumo excesivo representa un riesgo real para la salud infantil. Algunos contienen niveles preocupantes de azúcar o incluso plomo. Te contamos qué dulces evitar, cómo cuidar a tus hijos durante estas celebraciones y qué alternativas saludables puedes ofrecer sin perder la magia de la tradición.

¿Te ha pasado que, en plena ofrenda o posfiesta, tu peque ya va en su tercer jamoncillo y no da señales de parar? Entre calaveritas de azúcar, tamarinditos, gomitas con chile y dulces tradicionales, el Día de Muertos puede convertirse (sin que lo notemos) en un festival de azúcar… con consecuencias reales.

Y no se trata de espantar —ni de arruinar la tradición, claro que no—, sino de entender qué riesgos hay y cómo podemos cuidar a los niños sin quitarles la magia de la fecha.

Dulces de Día de Muertos: ¿Qué dulces son los más peligrosos?

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No hay un dulce “mortal” como tal, pero sí varios que, si se consumen sin control, pueden aumentar el riesgo de enfermedades como obesidad, caries, y sí… incluso diabetes tipo 2.

Estos son los más comunes (y que suelen estar en toda ofrenda o bolsita de dulces):

  • Calaveritas de azúcar: Son 90% azúcar y 10% nostalgia. Hermosas, sí. ¿Saludables? Nada.
  • Dulces cristalizados: Camote, higo, calabaza… suenan a fruta, pero están repletos de azúcar añadida.
  • Jamoncillos y dulces de leche: Altísimos en azúcar y grasa saturada.
  • Gomitas aciduladas y tamarindos con chile: Algunos (como los famosos “Dedos de Indy”) han sido criticados por sus niveles de azúcar, sodio y aditivos.
  • Refrescos y jugos: Son casi azúcar líquida. Y el cuerpo la absorbe tan rápido como si fuera una jeringa.

¿Y el plomo en los Dulces de Día de Muertos?

Aquí viene lo preocupante… En el pasado, varios dulces mexicanos contenían niveles elevados de plomo —especialmente los que tenían chile en polvo o se almacenaban en cerámica tradicional esmaltada con plomo.

Aunque los niveles han bajado mucho (según estudios recientes), algunos productos como Miguelito o Rockaleta Junior siguen presentando concentraciones cercanas al límite permitido.

El problema no es solo el dulce, sino la acumulación: los niños pequeños pueden absorber hasta el 100% del plomo que ingieren, y eso afecta directamente su desarrollo neurológico.

¿Cuánta azúcar es demasiada?

Para tenerlo claro:

  • Un niño mayor de 2 años no debe consumir más de 25 gramos de azúcar añadida al día (unas 6 cucharaditas).
  • Menores de 2 años: cero azúcar añadida.

Ahora bien, una sola calaverita de azúcar mediana puede tener 25 g o más. Así de rápido se cruza el límite.

¿Entonces qué hacemos? ¿Prohibimos todo?

¡No! La idea no es arruinar la tradición, sino aprender a balancear.

Aquí van algunos consejos reales y fáciles:

  • Permite elegir solo 1 o 2 dulces al día, no una bolsa entera.
  • Ofrece opciones saludables en la ofrenda o el lunch: fruta fresca, galletas integrales, amaranto sin miel.
  • Evita bebidas azucaradas. Agua natural o aguas frescas sin azúcar son mejor opción.
  • Haz postres caseros, con menos azúcar y sin aditivos.
  • Muévanse. Después del pan de muerto, un rato de bici o una caminata hacen maravillas.
  • Y, muy importante: no uses los dulces como premio. Si los hacemos “especiales” o “prohibidos”, solo se vuelven más deseados.

El Día de Muertos es parte de nuestra esencia. Las calaveritas, las ofrendas, los sabores… todo tiene un porqué. Pero si queremos que los niños sigan disfrutándolo por muchos años, hay que hacer ajustes que los mantengan sanos.