La ONU alerta: ¿los mariscos que consumimos contienen microplásticos?

El consumo de mariscos con microplásticos es una preocupación creciente que ha captado la atención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, están contaminando los mares y océanos, y han llegado a formar parte de la cadena alimenticia, afectando incluso a los alimentos que consumimos.

Pero, ¿qué tan grave es la situación? ¿Cómo llegan estos microplásticos a nuestra comida? Y, lo más importante, ¿qué impacto tienen en nuestra salud?

¿Qué son los microplásticos y de dónde vienen?

Según la ONU, los microplásticos provienen de dos fuentes principales:

1. De forma intencional: Son pequeños plásticos usados en productos como cosméticos, abrasivos domésticos e industriales, textiles y prendas de vestir.
2. Fragmentación de plásticos más grandes: Bolsas, cajas, neumáticos y otros materiales de plástico se degradan con el tiempo, fragmentándose en partículas diminutas que terminan en los océanos.

Estos plásticos contaminan especialmente espacios acuáticos como mares, océanos y ríos. Según la FAO, las regiones más afectadas incluyen el mar Mediterráneo, los mares del este y sudeste asiático y zonas del Atlántico y Pacífico norte.

¿Qué mariscos contienen microplásticos?

El reporte de la ONU confirma que ciertos mariscos y pescados que consumimos a diario pueden contener microplásticos en sus organismos. Algunos de los más afectados son:

• Mejillones, ostras y almejas.
• Camarón pardo y cigalas.
• Sardinas, anchoas y arenques del Atlántico.
• Macarelas, bacalao y bacaladillas.
• Carpa común y corvinata amarilla.

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Estos microplásticos suelen encontrarse en el intestino de los animales, lo que significa que su impacto en nuestra dieta depende de cómo se procesen antes de llegar a nuestras mesas. Sin embargo, incluso en pequeñas cantidades, los microplásticos han demostrado tener efectos negativos potenciales.

¿Qué daños pueden causar los microplásticos en nuestro cuerpo?

Aunque los estudios sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana están en desarrollo, algunos análisis de laboratorio sugieren que estas partículas podrían ser perjudiciales. Entre los posibles riesgos se encuentran:

1. Toxicidad química: Los microplásticos pueden liberar sustancias químicas dañinas al interactuar con nuestro organismo.
2. Acumulación en tejidos: Existe evidencia de que las partículas plásticas podrían acumularse en órganos vitales si se consumen en grandes cantidades a largo plazo.
3. Interferencia hormonal: Algunos plásticos contienen compuestos como el bisfenol A (BPA), que afecta el sistema endocrino.

La falta de estudios concluyentes genera incertidumbre, pero la creciente contaminación de los océanos sugiere que este problema podría escalar si no se toman medidas.

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¿Qué podemos hacer como consumidores?

Si bien evitar los microplásticos por completo es casi imposible, hay acciones que puedes tomar para reducir su impacto en tu vida y en el medio ambiente:

1. Elige pescados y mariscos de origen controlado: Opta por productos de criaderos sostenibles o marcas certificadas.
2. Reduce el consumo de plásticos: Usa menos plástico en tu día a día para disminuir la contaminación a largo plazo.
3. Apoya iniciativas de limpieza: Involúcrate en proyectos que ayuden a limpiar ríos y mares.
4. Informa y educa: Comparte este tipo de información para crear conciencia en tu comunidad.