México comienza a definir sus primeras leyes para la inteligencia artificial
Sin regulación, los riesgos crecen: decisiones opacas, discriminación, afectaciones difíciles de reparar y ausencia de mecanismos de supervisión.
La inteligencia artificial (IA) avanza más rápido de lo que México ha logrado regularla. En pocos años, los modelos generativos, los algoritmos autónomos y los sistemas de decisión automatizada ya influyen en servicios públicos, procesos privados y actividades cotidianas.
Ante este panorama, el Congreso de la Unión revisa distintas propuestas para construir la primera regulación integral de IA del país. El objetivo es que esta tecnología no opere en un vacío legal y que su desarrollo respete principios de ética, transparencia, trazabilidad y derechos humanos.
Te recomendamos este videoAunque las iniciativas permanecen detenidas en comisiones, representan el primer esfuerzo serio por crear un marco jurídico moderno y compatible con estándares internacionales. Estas son las dos propuestas que actualmente concentran el debate legislativo.
Ley Federal para el Desarrollo Ético, Soberano e Inclusivo de la Inteligencia Artificial
Impulsada por diputadas y diputados de Morena, esta iniciativa plantea una regulación amplia que abarque tanto al sector público como al privado. Define IA como cualquier sistema basado en aprendizaje automático, modelos generativos, algoritmos autónomos o herramientas capaces de tomar decisiones sin intervención humana directa.
Su eje central es un semáforo de riesgos, que clasifica los sistemas de IA en cuatro categorías:
riesgo mínimo, riesgo limitado, alto riesgo y prohibido.
Cada nivel activa obligaciones y controles distintos.
Derechos de las personas frente a la IA
La propuesta reconoce por primera vez un conjunto de derechos para quienes interactúan con sistemas automatizados, como:
- Saber cuándo están frente a IA
- Conocer la finalidad y limitaciones del sistema
- Solicitar intervención humana
- Obtener explicaciones claras sobre decisiones relevantes
- Impugnar resultados que les generen afectaciones

Obligaciones para desarrolladores y empresas
Quienes diseñen, entrenen o implementen IA deberán:
- Evitar sesgos discriminatorios
- Documentar el funcionamiento del sistema
- Garantizar explicabilidad y trazabilidad
- Realizar evaluaciones de impacto
- Establecer supervisión constante
En servicios privados, obliga a registrar previamente los sistemas, informar de forma clara su uso e implementar canales accesibles de apelación o reparación.
En el sector público, los requisitos aumentan: auditorías obligatorias, controles reforzados y prohibiciones expresas, como el uso de IA para vigilancia masiva o decisiones automatizadas sin revisión humana en áreas sensibles como salud, justicia o educación.
La iniciativa también prevé un régimen de responsabilidad objetiva para sistemas de alto riesgo: si causan daños, las instituciones deben responder incluso sin dolo o negligencia.
Ley Nacional que Regula el Uso de la Inteligencia Artificial
Presentada por la senadora Juanita Guerra Mena, esta propuesta se enfoca principalmente en la implementación gubernamental de la IA, aunque también establece obligaciones para empresas e instituciones que utilicen IA en trámites o servicios públicos.
Nuevas instituciones planteadas
Propone crear tres entidades:
- Agencia Nacional de Inteligencia Artificial
- Centro Nacional de IA
- Consejo Nacional de IA
Estas instancias serían responsables de coordinar el uso de IA en el gobierno, definir estándares tecnológicos y supervisar su adopción.
Identidad digital y principios rectores
Introduce el concepto de identidad digital, es decir, los datos mediante los cuales una persona interactúa con sistemas de IA. A partir de ello, fija principios obligatorios:
- Privacidad desde el diseño
- Proporcionalidad en los mecanismos de autenticación
- Transparencia
- Confidencialidad
- Usabilidad
También exige requisitos tecnológicos como accesibilidad, neutralidad tecnológica y medidas robustas de resguardo.
En materia de seguridad digital, obliga a contar con planes de contingencia, respaldos constantes y bitácoras de acciones. Además, si un trámite utiliza IA, la autoridad debe informarlo claramente, citar las fuentes del modelo, verificar que no genere contenido ilegal y aplicar un protocolo ético durante todo el proceso.
Un mismo objetivo desde enfoques distintos
Aunque cada iniciativa aborda la IA desde un ángulo diferente, ambas coinciden en lo esencial: México necesita reglas mínimas para garantizar el uso responsable de la inteligencia artificial, con transparencia, supervisión humana, explicabilidad y mecanismos para corregir errores o sesgos algorítmicos.
Sin regulación, los riesgos crecen: decisiones opacas, discriminación, afectaciones difíciles de reparar y ausencia de mecanismos de supervisión.
Un proceso lento, pero inevitable
Ninguna de las iniciativas ha avanzado más allá de comisiones, pero su existencia demuestra que el tema ya entró en la agenda legislativa. El reto será actualizar las propuestas al ritmo acelerado de la tecnología y abrir la discusión a la academia, la industria, especialistas y sociedad civil.
Incluso si estos proyectos cambian o se sustituyen, el debate ya comenzó. Y en un país donde la regulación suele llegar tarde, eso ya representa un avance significativo.