Vivir con diabetes, un reto que se puede afrontar

La diabetes es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo; la falta de diagnósticos oportunos y el mal control que llevan algunas personas, han causado que este padecimiento se vuelva uno de los más preocupantes a nivel mundial. En México, la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado gradualmente con cada año, y ya es la segunda causa de muerte a nivel nacional.

Por ello, en esta ocasión queremos compartirte una guía informativa con todo lo que tienes que saber sobre este padecimiento, desde los tipos más comunes que existen, hasta cómo prevenir y controlar su evolución.

¿Qué es?

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Se trata de una enfermedad crónica en la cual el cuerpo no puede regular adecuadamente los niveles de azúcar en la sangre; esto ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no puede utilizar eficazmente la insulina que produce.

La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese a las células del cuerpo para obtener energía; sin suficiente insulina o una eficacia reducida de la misma, los niveles de azúcar en la sangre aumentan, lo que puede causar una serie de problemas de salud a largo plazo.

Tipos de diabetes

Aunque existen varios tipos y variantes de esta enfermedad, son 3 los más comunes. La diabetes tipo 1 generalmente se desarrolla en la infancia o la adolescencia y se caracteriza por una producción insuficiente de insulina, las causas y factores de riesgo de este padecimiento son aún muy desconocidas. Por otro lado, la de tipo 2, generalmente se desarrolla en la edad adulta y está asociada con el sobrepeso, la mala alimentación y la falta de actividad física; su característica principal es la resistencia a la insulina producida.

Existe también la diabetes gestacional, esta ocurre durante el embarazo y generalmente desaparece después del parto, pero puede aumentar el riesgo tanto para la madre como para el bebé.

Causas y factores de riesgo

Las causas exactas de este padecimiento aún no se comprenden por completo, pero se cree que tanto los factores genéticos como los ambientales desempeñan un papel importante. En cuanto a los factores de riesgo, algunos de los más comunes incluyen la obesidad, la falta de actividad física, la mala alimentación, los antecedentes familiares, la edad avanzada y ciertas condiciones médicas como el síndrome de ovario poliquístico.

Es importante tener en cuenta estos factores de riesgo y tomar medidas para reducir las posibilidades de desarrollar la enfermedad.

Síntomas de la diabetes

Los síntomas pueden variar según el tipo y la gravedad de la enfermedad, pero algunos de los más comunes incluyen sed excesiva, micción frecuente, aumento del apetito, pérdida de peso inexplicada, fatiga, visión borrosa y heridas que tardan en sanar.

Estos síntomas pueden desarrollarse gradualmente en el caso de la diabetes tipo 2, por lo cual su diagnóstico oportuno resulta más complicado; en el caso del padecimiento de tipo 1, pueden aparecer de forma rápida y severa, por lo que su atención médica debe ser más rápida y efectiva.

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Diagnóstico y pruebas de detección

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de glucosa que ayudan a determinar los niveles de azúcar en la sangre. Existen diversos exámenes de este tipo, como la prueba de glucosa en ayunas, la prueba de tolerancia a la glucosa oral y la prueba de hemoglobina A1c. Los resultados de estos exámenes, sumados a la evaluación médica de los síntomas (si es que los hay) y el historial médico del paciente, determinan el diagnóstico final que confirma o refuta la presencia de la enfermedad.

Además del diagnóstico, también es importante realizar pruebas de detección periódicas para detectar la enfermedad en etapas tempranas y prevenir complicaciones a largo plazo.

Mantener un control con dieta y ejercicio

Si ya hemos sido diagnosticados con el padecimiento, es esencial mantener los niveles de azúcar en la sangre dentro de los límites que se establezcan. Para ello, llevar una dieta equilibrada y saludable juega un papel crucial como tratamiento, esto implica elegir alimentos bajos en azúcar y carbohidratos, aumentar el consumo de frutas y verduras, controlar las porciones y evitar alimentos procesados.

Además, el ejercicio regular también es importante para controlar la enfermedad, ya que ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, a reducir los niveles de azúcar en la sangre y a mantener un peso saludable.

Tratamiento de la diabetes con medicamentos

En algunos casos, mantener el control mediante la dieta y el ejercicio puede no ser suficiente, y resulta necesario utilizar medicamentos para mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control. Estos medicamentos pueden incluir insulina inyectada (a diario o periódicamente), medicamentos orales y otros medicamentos inyectables.

Además, también son recomendables otros tratamientos, como terapia de nutrición, educación diabetológica y monitoreo regular en casa de los niveles de glucosa.

Complicaciones al no controlarla

La diabetes mal controlada puede llevar a una serie de complicaciones graves a largo plazo, éstas pueden afectar diferentes partes del cuerpo, como el corazón, los riñones, los ojos y los nervios. Algunas de las más comunes incluyen enfermedades cardíacas, enfermedades renales, enfermedades oculares, daño nervioso y problemas en los pies.

Es importante controlar la afección principal de manera efectiva y tomar medidas para prevenir o retrasar la aparición de estas complicaciones.

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Prevención y cuidados personales

La prevención y el control de la diabetes comienzan con un estilo de vida adecuado; esto implica mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, comer una dieta equilibrada y controlar los niveles de azúcar en la sangre. Además, es importante realizar exámenes de detección periódicos, especialmente si se tienen factores de riesgo ya identificados.

Tomar medidas para prevenir y controlar la enfermedad de manera efectiva pueden marcar la diferencia y ofrecer a los pacientes la mejor calidad de vida posible. Recuerda que la diabetes, a pesar de no tener cura, puede ser muy controlable, y vivir con ella de manera adecuada en gran parte depende de nuestra voluntad y el apoyo emocional que podamos recibir.

Si eres una persona diabética, o si tienes sospecha de poder serlo, no dudes en acercarte lo antes posible con un especialista, y si lo necesitas, recuerda que existen diversos grupos de apoyo e información para poder hacer más llevadero todo el proceso.