Conoce qué es y porqué se ocasiona un derrame cerebral
Existen dos tipos comunes de derrames, el isquémico que se produce cuando una arteria es obstruida, y el hemorrágico que se ocasiona cuando un vaso sanguíneo se rompe y se derrama la sangre en el cerebro.
Dentro del amplio campo de enfermedades y padecimientos cerebrovasculares, hay una afección que causa gran temor y puede tener consecuencias sumamente graves. Un accidente cerebrovascular, conocido comúnmente como derrame cerebral, es un padecimiento común que debe ser tratado de manera inmediata.
Por ello, en esta ocasión queremos compartirte una guía informativa con todo lo que debes saber sobre esta afección, desde sus causas y síntomas comunes, hasta cómo podemos prevenirlos y actuar cuando se presentan.
¿Qué es?
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Un derrame cerebral ocurre cuando hay una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro; esta interrupción puede ser causada por un coágulo de sangre que bloquea una arteria o por el estallido de un vaso sanguíneo. Cuando el cerebro no recibe suficiente sangre y oxígeno, las células cerebrales comienzan a morir rápidamente, lo que puede provocar daño cerebral permanente e incluso la muerte.
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Dos tipos principales
Existen dos tipos principales de accidentes cerebrovasculares. El primero, y el más común, es el isquémico, que ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea una arteria; este bloqueo también puede ser ocasionado por acumulación de placa, que se compone de colesterol, grasas y otras sustancias.
Por otro lado, el hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra en el cerebro, esta ruptura puede ser ocasionada por exceso de presión en la arteria o por la obstrucción coagular que hace que la sangre se acumule y no fluya.
Ambos tipos son graves y requieren atención médica inmediata.
Factores de riesgo más comunes
Algunas de las causas más comunes que pueden ocasionar un derrame cerebral incluyen la presión arterial alta, la diabetes, el colesterol alto, la obesidad, el tabaquismo y la falta de actividad física; todos estos factores son modificables y pueden ser controlados de diversas maneras.
Sin embargo, también existen factores de riesgo no modificables que pueden aumentar las posibilidades, como la edad avanzada, antecedentes familiares de accidentes cerebrovasculares, enfermedades del corazón y ciertas condiciones médicas, como la fibrilación auricular.
Síntomas de un derrame cerebral
Los síntomas pueden variar según el tipo de accidente y la zona del cerebro que haya sido afectada. En ocasiones las personas pueden no experimentar ningún signo o tenerlo de forma leve y fugaz. Sin embargo, en muchos casos se presentan síntomas repentinos que pueden ir aumentando con el paso del tiempo.
Los signos más comunes incluyen entumecimiento repentino o debilidad en el rostro, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo. También puede haber confusión repentina, dificultad para hablar o comprender, problemas de visión en uno o ambos ojos, mareos intensos o pérdida del equilibrio y dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante no ignorarlos ni esperar a que desaparezcan; cada minuto cuenta cuando se trata de un accidente cerebrovascular, y buscar atención médica de inmediato puede marcar la diferencia.
¿Cómo se diagnostica?
Los médicos utilizan una variedad de pruebas y exámenes para determinar si alguien ha sufrido un accidente cerebrovascular. Algunas de las pruebas más comunes incluyen tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM) del cerebro, angiografías cerebrales y análisis de sangre. Estas pruebas permiten evaluar el daño cerebral, identificar la causa y determinar el mejor curso de tratamiento.
Un diagnóstico temprano y preciso es fundamental para garantizar una atención médica adecuada y maximizar las posibilidades de recuperación.
Secuelas y complicaciones futuras
Los accidentes cerebrovasculares pueden tener secuelas y complicaciones significativas dependiendo de la gravedad y la ubicación del derrame. Algunas de las secuelas comunes incluyen debilidad o parálisis en una parte del cuerpo, problemas de habla o comunicación, dificultad para tragar, cambios en la memoria y el pensamiento, y problemas emocionales, como depresión y ansiedad.
Además, también pueden generarse complicaciones graves, como neumonía, infecciones del tracto urinario y úlceras por presión. Es fundamental recibir atención médica y rehabilitación adecuadas para minimizar las complicaciones.
Tratamiento de un derrame cerebral
El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad del accidente. En el caso de un derrame isquémico, se puede administrar un medicamento llamado activador del plasminógeno tisular (tPA) para disolver el coágulo de sangre y restaurar el flujo sanguíneo al cerebro. También se pueden realizar procedimientos endovasculares para extraer o romper el coágulo de sangre.
En el caso de un derrame hemorrágico, el tratamiento puede incluir cirugía para reparar el vaso sanguíneo dañado y detener la hemorragia. Además, se pueden administrar medicamentos para controlar los factores de riesgo, como la presión arterial y para prevenir complicaciones mayores.
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Rehabilitación y recuperación de un derrame cerebral
La rehabilitación es una parte esencial en el proceso de recuperación; esta puede incluir terapia física, para recuperar la fuerza y la función en las partes del cuerpo afectadas; terapia ocupacional, para mejorar las habilidades motoras; y terapia del habla y del lenguaje, para recuperar las habilidades de comunicación.
Es un proceso que puede llevar tiempo y esfuerzo, pero con el apoyo y la dedicación adecuados, muchas personas pueden lograr una recuperación significativa. Es importante ser pacientes y persistentes, además de celebrar cada logro, por pequeño que sea.
Cambios en el estilo de vida como prevención
La mejor manera de prevenir un accidente cerebrovascular es adoptar un estilo de vida saludable y controlar los factores de riesgo. Algunas medidas preventivas clave incluyen mantener una presión arterial saludable, controlar la diabetes y el colesterol, dejar de fumar, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta equilibrada y nutritiva.
Además, es importante estar alerta a los signos y síntomas, y buscar atención médica de inmediato si hay sospecha de un accidente. Recuerda que la detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales y pueden marcar una diferencia importante por el resto de nuestras vidas.
Un derrame cerebral es una afección grave y muy complicada, sin embargo, eso no quiere decir que no podamos lidiar con él, siempre habrá una opción viable y satisfactoria para poder cuidar de nuestra salud cerebrovascular.