Neumonía, una enfermedad común y peligrosa
Se calcula que en México cerca de 130 mil personas padecen de la infección cada año, y alrededor de 57 mil fallecen en consecuencia.
La neumonía es una infección respiratoria que afecta a millones de personas en todo el mundo; en nuestro país, es una de las 5 primeras causas de hospitalización, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública. Es importante comprender las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento de esta afección para poder tomar las medidas adecuadas en caso de contraerla.
En esta ocasión, te presentamos una guía con toda la información básica que debemos conocer sobre este padecimiento, de esta manera podemos mantenernos alerta en todo momento.
Qué es la neumonía
Te recomendamos este videoEs una infección que afecta a los pulmones, específicamente a los sacos de aire llamados alvéolos; esta condición puede ser causada por una variedad de organismos, como bacterias, virus u hongos. Cuando una persona contrae neumonía, los alvéolos se llenan de líquido y pus, lo que dificulta la respiración y puede causar graves problemas de salud.
Causas y factores de riesgo
Este padecimiento puede ser causado por diferentes tipos de microorganismos; las bacterias son la causa más común, especialmente la Streptococcus pneumoniae; los virus, como el de la gripe, el SARS-cov-2 (causante de COVD-19) o el virus sincitial respiratorio, también pueden causar la infección. En casos más raros, los hongos, como el Candida o el Aspergillus, pueden ser los responsables.
En cuanto a los factores de riesgo, tener un sistema inmunológico debilitado, ser fumador, tener enfermedades crónicas como diabetes o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) pueden aumentar las posibilidades de infección y agravar los síntomas.
Esta enfermedad es común sobre todo en niños menores de 5 años y adultos mayores de 65, además de personas con padecimientos crónicos y sistemas inmunológicos débiles. Sin embargo, puede afectar a cualquier persona.
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Tipos de neumonía
Existen diferentes tipos de infecciones pulmonares y cada una tiene características distintas. La adquirida en la comunidad es la más común y se contrae fuera de un entorno médico, ya sea por virus, bacterias u hongos encontrados en el aire, alimentos o incluso los desechos de las aves.
La neumonía nosocomial es aquella que se adquiere en el hospital y generalmente afecta a personas que están ingresadas por otras enfermedades, esta resulta más peligrosa, ya que las bacterias que ingresan al cuerpo son más resistentes y las personas afectadas ya presentan alguna complicación previa.
La neumonía atípica es causada por organismos diferentes a los habituales, como Mycoplasma pneumoniae o Legionella pneumophila. Por último, la aspirativa se produce cuando se inhala líquido, comida o sustancias químicas hacia los pulmones.
Síntomas comunes
Los síntomas pueden variar según la persona y la causa de la infección, sin embargo, algunos de los más comunes incluyen fiebre alta, tos persistente con flema, dolor en el pecho al respirar o toser, fatiga extrema y dificultad para respirar. También es posible experimentar escalofríos, dolor de cabeza, sudoración excesiva, confusión mental o náuseas.
Si se experimentan alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica de inmediato.
Potenciales complicaciones
Si no se trata adecuadamente, la neumonía puede llevar a complicaciones graves como insuficiencia respiratoria, sepsis, absceso pulmonar y derrame pleural. Estas complicaciones pueden ser potencialmente mortales y requieren atención médica urgente.
Diagnóstico médico
El diagnóstico generalmente se basa en una combinación de síntomas, examen físico y pruebas complementarias. Durante el examen, el médico escucha los pulmones con un estetoscopio para detectar sonidos anormales.
También se puede realizar una radiografía de tórax para examinar los pulmones y confirmar la presencia de infección. Además, se pueden solicitar análisis de sangre para evaluar los niveles de glóbulos blancos y determinar la causa específica, como una prueba de detección viral o cultivos de muestras de esputo.
Opciones de tratamiento
El tratamiento depende de la causa de la infección, de la salud general del paciente y de la gravedad de los síntomas. En la mayoría de los casos, la neumonía bacteriana se trata con antibióticos específicos. Los medicamentos antivirales pueden ser útiles en el caso de infección viral, aunque generalmente solo se pueden administrar tratamientos de apoyo para aliviar los síntomas.
En los casos más graves, resulta necesario el ingreso al hospital para recibir tratamiento intravenoso y cuidados especializados.
Prevención y cuidado personal
La prevención es fundamental, especialmente en personas que son más susceptibles a la infección; la vacunación contra la gripe y la vacuna neumocócica puede ayudar a prevenir ciertos tipos de neumonía. Además, es importante mantener una buena higiene de manos, evitar el contacto cercano con personas enfermas y mantener un estilo de vida saludable para fortalecer el sistema inmunológico.
En caso de presentar una infección, es importante descansar adecuadamente, beber líquidos suficientes, tomar medicamentos según las indicaciones del médico y seguir las pautas de cuidado recomendadas. Esto incluye evitar el tabaco y los irritantes pulmonares, así como utilizar humidificadores para mantener el aire húmedo y evitar la propagación de la infección a otras personas.
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La neumonía es una enfermedad respiratoria que puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente, un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado pueden hacer la diferencia. Así que te invitamos a mantenerte atento sobre el cuidado de tu salud y la de tus seres queridos.